Rocío Cuadrelli Lozano
Sobre el autor
Licenciada en la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla, su vínculo con la escena viene desde la cuna, pues pertenece a una familia de artistas. Ha sido parte del elenco en numerosas obras de teatro en España, Italia y Bélgica, donde se ha formado en diferentes campos artísticos (escritura, interpretación y pedagogía), además de dirigir y escribir obras como "La locura de amor", enteramente en francés y representada en 2014, y "La bicicleta", también presentada en Bélgica en 2016. En la actualidad compagina sus proyectos teatrales con la coordinación de la escuela Viento Sur Teatro.
Cuatro dramas para una comedia
El teatro, como una ventana de vida, interpela, nos desnuda, grita, nos tira de las orejas, hace cosquillas. Una representación de la condición humana que siempre planta en el proscenio alguna clase de verdad dispuesta, con sus propias uñas, a rascar el gotelé de toda cuarta pared. Las obras dramáticas que componen esta antología dan buena muestra de ello. El lector/espectador, desde diferentes palcos, asistirá a una función de pulsiones naturales: la soledad en compañía, la violencia de un adiós, la falta de identidad, la imposibilidad de perdonar, el dolor ante el implacable paso del tiempo. Donde reconocerse y comprobar que incluso detrás de un telón bajado siguen ocurriendo cosas. "Las mujeres de Lorca", de Pilar Távora, rescata de sus respectivas tragedias a los principales personajes femeninos del poeta y dramaturgo andaluz. Toman voz contemporánea para reflexionar sobre muros físicos y mentales, íntimos y sociales. "El andén", de Joaquín Abad, bajo la apariencia del teatro de lo absurdo, desciende hasta un pozo de amor, inocencia y locura ubicado en mitad de una nada, en el páramo de la espera infinita. "Matriz", de Rocío Cuadrelli Lozano, es el encuentro profundo de una mujer con su propia esencia mientras intenta conjugar la maternidad con sus necesidades profesionales y, sobre todo, personales. Y "La bañera", de José Iglesias Blandón, es una obra purificadora sobre las "guerras de interior", donde el rencor, en la mayoría de casos, solamente recibe órdenes de un destino arbitrario, con galones, inmisericorde, con un obtuso sentido de lo justo.