Rafael Flores García (Sevilla, 1993) es estudiante de Periodismo. Ejerce como presentador de radio en programas de humor y deportes, entre otros. Autor y componente de chirigotas participantes en el Gran Teatro Falla de Cádiz, gestiona varias RRSS y escribe puntualmente en portales web. Su pasión por el periodismo es una excusa para, algún día, ser famoso y que lo inviten a un palco en la Campana. Enrique Gago Llácer (Sevilla, 1995) es graduado en Derecho. Estudiante de un doble máster en Abogacía y Asesoría Jurídica de Empresas. Toda esa formación tiene como objetivo asesorar algún día a una multinacional de caldito de caracoles. Ambos son los creadores de la cuenta @CapitanAdobo, con la que se alzaron con el premio Blogosur a Mejor Tuitero de Sevilla 2016. Ese mismo año lanzaron al mercado su primera novela, El Capitán Adobo y la máquina de la lluvia, la cual se ha convertido en un éxito rotundo de ventas, además de estar avalada por la crítica.

La Madrugá de 2017 se ha convertido en un caos. La versión oficial es que ha sido consecuencia de algún que otro altercado sin importancia. Sin embargo, la realidad es que se trata de una táctica para sembrar el pánico, organizada por la MIS (Mafia Independentista Sevillana), una antigua sociedad cuyo objetivo es borrar cualquier seña de identidad y crear una nueva ciudad independiente del resto de España, con mayor prosperidad económica pero sin un solo rasgo de la Sevilla que conocemos hoy día. Para evitar que la Giralda se convierta en una torre empresarial, las iglesias pasen a ser tiendas de ropa o que las tradiciones más señeras como la Feria solo sirvan de mero atractivo para extranjeros adinerados, la MCS (Mafia Conservadora de Sevilla) pide ayuda al superhéroe de la ciudad: el Capitán Adobo. Con la ayuda de su compañero de aventuras, el teniente Molina de la Guardia Civil, y una milenaria receta de churros que hacen viajar en el tiempo, el Capitán Adobo intentará formar un ejército con personajes históricos para defender Sevilla de un inminente golpe de Estado.

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