Pilar Távora
Sobre el autor
Nació en el barrio sevillano del Cerro del Águila. Estudió Psicología en la Universidad de Sevilla. Productora, directora y guionista de cine, televisión y teatro. Activista cultural y comprometida con la cultura andaluza y la mujer. Obras: once espectáculos flamenco-teatrales, cinco largometrajes, dieciséis documentales, cinco cortometrajes, seis series culturales y magacines para televisión. Sus trabajos han representado a España en numerosos festivales internacionales de cine. Ha trabajado mucho el universo lorquiano.
Cuatro dramas para una comedia
El teatro, como una ventana de vida, interpela, nos desnuda, grita, nos tira de las orejas, hace cosquillas. Una representación de la condición humana que siempre planta en el proscenio alguna clase de verdad dispuesta, con sus propias uñas, a rascar el gotelé de toda cuarta pared. Las obras dramáticas que componen esta antología dan buena muestra de ello. El lector/espectador, desde diferentes palcos, asistirá a una función de pulsiones naturales: la soledad en compañía, la violencia de un adiós, la falta de identidad, la imposibilidad de perdonar, el dolor ante el implacable paso del tiempo. Donde reconocerse y comprobar que incluso detrás de un telón bajado siguen ocurriendo cosas. "Las mujeres de Lorca", de Pilar Távora, rescata de sus respectivas tragedias a los principales personajes femeninos del poeta y dramaturgo andaluz. Toman voz contemporánea para reflexionar sobre muros físicos y mentales, íntimos y sociales. "El andén", de Joaquín Abad, bajo la apariencia del teatro de lo absurdo, desciende hasta un pozo de amor, inocencia y locura ubicado en mitad de una nada, en el páramo de la espera infinita. "Matriz", de Rocío Cuadrelli Lozano, es el encuentro profundo de una mujer con su propia esencia mientras intenta conjugar la maternidad con sus necesidades profesionales y, sobre todo, personales. Y "La bañera", de José Iglesias Blandón, es una obra purificadora sobre las "guerras de interior", donde el rencor, en la mayoría de casos, solamente recibe órdenes de un destino arbitrario, con galones, inmisericorde, con un obtuso sentido de lo justo.