Maritza Vega Ortiz
Sobre el autor
Maritza Vega (Cuba, 1968) es narradora y poetisa. Incursionó como guionista de la radio. Sus trabajos periodísticos han sido publicados en las revistas Bohemia, Palabra Nueva y Habáname, en el periódico El habanero y en otros sitios digitales como Librínsula de la Biblioteca Nacional de Cuba "José Martí". En 2007 cursó una diplomatura de Periodismo Digital en el Instituto Internacional "José Martí". Es colaboradora de la revista literaria argentina Poemas en Añil. Su obra ha sido recogida en el decimario La Dama de la Campiña, con selección y prólogo de Mayra Hernández Menéndez, y en disímiles antologías de cuentos para adultos, como NI + Ni - Gordas, (Extramuros 2011). También está presente en otras selecciones con cuento y décimas, aún en proceso editorial: El silencio de los cristales, (Editorial Unión); Antología erótica de cuentos y ensayos cubanos Té sin limón, Montecallado; Cuentos eróticos antología canadiense y La glosa del Parnaso entre otras.
Un montón de espejos rotos
En este volumen se exponen disímiles problemáticas, narradas desde diferentes tiempos y formas: temas universales contados sin recato ni edulcorantes. La autora se incluye como otro personaje para emprender juntos este viaje de recuerdos y desencuentros, aciertos y desaciertos, desde un total desenfado al abordar el erotismo, abundante en la mayoría de los cuentos, pues este tópico es fuente inagotable, como una marca identitaria en la geografía humana de la Isla (Cuba). En el volumen no triunfan el bien ni la verdad, porque no suelen estar presentes en la realidad. Como piezas de un ajedrez sobre el tablero de la vida estos personajes se mueven casi sin disfraz en medio de desconfianza, miseria, añoranza, ausencia: todo un mundo decadente en el centro de pugnas y crisis internas y externas. Estas historias combinan muerte, violación, deslealtades, temas raciales, emigración, lucha por el progreso y la supervivencia, diversidad sexual, porque, aunque se intenten esconder, subyacen en la vida cotidiana. Somos, al decir de Borges, ese museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos, donde, tú, lector, serás cómplice de estas aventuras tan reales. Tal es la genuina literatura, escritas con el aliento, la síntesis y la búsqueda constante de la verdad en este amplio retrato donde las criaturas se desnudan. Cuando concluyas la lectura, lector, serás cómplice de estas mujeres y hombres tan convincentes como la propia vida.