Marié Rojas Tamayo
Sobre el autor
Marié Rojas Tamayo (La Habana, 23 de mayo de 1963). Licenciada en Economía del Comercio Exterior, Universidad de la Habana, 1985. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Graduada de inglés y francés. Autora especialmente lúcida y prolífica. Algunos libros publicados: Tonos de Verde (relatos), Adoptando a Mini (novela), Fundación Drac, Mallorca; De príncipes y princesas (relatos), El Far, Mallorca; Cinco minutos a solas con las musas; La luna cómplice (relatos); Viaje a los astros; Locuras temporales; Algoritmos y ciudades; Incerteza cuántica; El vuelo del pez; Serendipias (poemarios), Inventiva Social, Argentina. Su obra ha obtenido más de sesenta reconocimientos internacionales. Publicada en más de 60 antologías. Ha colaborado, sido asesora o corresponsal de publicaciones periódicas , conducido talleres literarios y dirigido la revista Dos islas, dos mares, Cuba-Mallorca. Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español, REMES.
Villa Beatriz
Villa Beatriz es una novela repleta de magia, fantasía e intertextualidades, destinada a cualquier ávido lector de cero a cien años… Sus protagonistas varían desde seres humanos hasta barajas del Tarot, un viajero estelar, una ardilla azul, un mascarón de proa, ilustres fantasmas, una marioneta sin hilos, un bactriano, un gato negro experto en astrología, una sota, un unicornio, un pirata, una curandera, un marinero errante, un hombre de nieve que busca la fórmula de la eternidad, una oca que quiere transformarse en cisne, mariposas piraña, un dragón poeta, un ictiángel... Cada cual porta un mensaje sobre el amor, la amistad, la aceptación de lo diferente, la fidelidad, la búsqueda de un sueño, el modo de enfrentar la vida. Los objetos que componen el mobiliario –arpa, barómetro, reloj de cuco, dos agujas de tejer, espejos, un armario...– están vivos y participan en la acción. El centro de la novela es la casa misma. Sus paredes se encogen, se agrandan de acuerdo con las necesidades de sus moradores, pueden alargarse o bifurcarse para determinados juegos, o eclipsarse a la vista de los curiosos. Dentro de sus predios, el estado del tiempo se rige por el ánimo de sus propietarios: El Mago, La Estrella y La Damita Duende. Villa Beatriz se transforma, a través de su magia, en hogar y sortilegio protector de criaturas, que de otro modo habrían sido condenadas al olvido.