Dulce María Sotolongo Carrington
Sobre el autor
Desde muy pequeña Dulce María Sotolongo Carrington se interesó por la lectura y ganó diferentes concursos como Leer a Martí a nivel Nacional. En 1984 se graduó en Filología por la Facultad de Artes y Letras de La Habana. Hace más de treinta años que trabaja como editora de libros. Su obra periodística es amplia y polémica, le gusta hacer críticas sobre asuntos actuales de la sociedad cubana, la cual se puede seguir en Cubarte. Le gusta decir que es una editora que escribe. Sabe qué temas interesan al lector. Se ha especializado en antologías de tema femenino, muy bien aceptadas por la crítica especializada, ejemplo de ello es Nosotras dos. Uno de sus temas recurrentes es José Martí, al que ha dedicado tres libros, incluyendo la novela sobre pasajes de la vida del mismo No me hables del cielo, publicado por la editorial Letras Cubanas.
Eva y sus demonios
A lo largo de la historia de la humanidad cada civilización tiene su propia Eva. Llámese Lillit, Pandora o la inocente María, lo cierto es que desde que el mundo es mundo la mujer lleva una carga más grande que la de Sísifo, y no precisamente por incitar a Adán a comer del árbol prohibido. Amiga de la serpiente, ha sido representada ella misma como un demonio, cuando la mayoría de las veces es victima de las circunstancia y está más cerca del cielo que del infierno. En Eva y los demonios, el espacio donde se desarrollan la mayoría de las historias es la isla de Cuba, nada más lejano de un paraíso terrenal. Antes de la Revolución se presenta a las féminas como entes pasivos que pueden llegar al extremo de una violencia inusitada, como cortarle el miembro al amante. Es la multípara que espera pacientemente para que se cumplan los sueños de su pareja. Después es la mujer cuya emancipación le ha acarreado un doble castigo, ya que debe ser ama de casa, criar los hijos y cumplir con las obligaciones que la vida moderna le impone. Las carencias materiales la obligan a sobrevivir y mantener la "decencia"; por eso se libera a través de los sueños, de su otro yo, de lo que quisiera hacer y no hace. Si eres mujer, seguramente te verás reflejada en alguna de estas historias. Si eres hombre aprenderás a respetar.