Daniel Burguet (La Habana, 1989) es un joven talento de la literatura cubana, alguien llamado a algo grande. Egresado del Centro de formación literaria Onelio Jorge Cardoso, obtuvo el Premio Calendario 2018. También el Premio de novela Luis Rogelio Nogueras en 2017. Ha obtenido mención, durante tres años consecutivos (2014, 2015, 2016), en el concurso David, convocado por la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba). Seguimos: Premio César Galeano y Óscar Hurtado, ambos en 2014. Premio humorístico Aquelarre 2016 al mejor libro con el volumen Historias del más acá, publicado por la presente editorial Guantanamera. Participó en la XVIII Feria Internacional del Libro de República Dominicana. Es miembro de la Asociación de Hermanos Saíz (AHS), organización que aúna a los jóvenes escritores y artistas cubanos. Con Ladrar a las puertas del cielo da un salto de calidad en su exuberante capacidad narrativa y se alza con la Mención Especial al Autor Joven entregado por Guantanamera en 2018.

Esta obra es un mapa y su autor un fino cirujano que maneja con habilidad un acerado bisturí para diseccionar la realidad cubana. Su realismo sucio-pero-no-tanto desmenuza el día a día de la vida de un frustrado y estresado escritor habanero que choca una y otra vez con los límites de su sociedad y de su propia existencia. Prepárese a reír y llorar a partes iguales. Ladrar a las puertas del cielo ha merecido el galardón de Autor Cubano Joven 2018 por parte de la Editorial Guantanamera. “—¿De qué va tu libro? —pregunta Nikolaos. Ernesto se esfuerza. No quiere quedar mal ante el hombre que le ofrece trabajo. —Lo que dices no tiene gancho… Véndeme mejor el producto —explica Nikolaos. Ahora Ernesto habla mucho y no deja en claro una idea. —Tienes que lograr que las ganas de leer tu libro me quite el sueño... Busca otra cosa. Ernesto, nervioso, deja correr casi un minuto. Luego, habla sincero: —¿Qué quieres? ¿Que te cuente de que va todo esto?... ¡Ah, qué se yo! ¡Léetelo!... Supongo que trata de eso, que no te enteras; y de La Habana, con su olor a gasolina de combustión incompleta, y esa sensación de que puedes incendiar la ciudad con una chispa de tu parte… Pero te digo algo: La Habana es incombustible y no va arder por más que lo intentes... Creo que trata de todo eso, y también de lo que va sucediendo de afuera hacia adentro, de la ciudad hacia ti, que desespera y te hace diferente... No te enteras. Por más que te diga, no te enteras… Tienes que leer”.

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